jueves, 12 de septiembre de 2019

EL SUMIDERO DE MATA ASNOS (CUENCA)


   Una vez más, nos vamos a la provincia de Cuenca a disfrutar de sus magníficas cavidades. Esta vez hemos elegido el famoso y exigente sumidero de Mata Asnos. Sus bellos pozos lavados, el implacable meandro y sus múltiples pasamanos atléticos nos pondrán a prueba durante toda la actividad. Su localización es bastante sencilla siguiendo las indicaciones que el club Viana nos facilita junto a su estupenda topografía. Una vez más quiero agradecer el magnífico y constante trabajo que este club realiza en todos los aspectos del mundo subterráneo. Sus topografías, continua renovación de instalaciones, descripciones y accesos a cavidades, ayudan enormemente a los amantes de esta gran afición que es la espeleología.

    Aparcamos junto a la misma boca del sumidero y empezamos a equiparnos. Como es Julio no entra agua a la cavidad, lo primero que nos sorprende es ver como el gran barranco acaba súbitamente en la boca del sumidero en un impresionante farallón de veinte metros de altura. En el pulido resalte si hay algunos charcos con agua y muchos mosquitos.
    Anclamos en un químico la resbaladiza rampa y mientras vamos bajando, un compañero ya está instalando el aéreo pasamanos de la entrada y la cabecera del primer pozo.
   Empezamos el volado descenso a la bonita sala de entrada, la marmita intermedia la encontramos casi sin agua, lo que nos facilita el paso. Desde el fondo de la sala vamos pasando entre enormes troncos al inundado meandro. Viendo estos grandes arboles empotrados contra las paredes, algunos a gran altura dentro del meandro, uno se siente insignificante ante la furia desatada que la naturaleza puede llegar a crear. Al mismo tiempo podemos comparar esa descomunal violencia con la gran belleza que esta inmensa fuerza es capaz de crear y moldear en la roca y que tanto nos fascina a los amantes del mundo subterráneo
   Seguimos la progresión dejando atrás el paso de los troncos, sorteando marmitas y pasos inundados en oposición. Vamos avanzando con algún chapuzón que por suerte no pasa de la cintura y seguimos encontrando resbaladizos troncos a bastante distancia de la entrada al meandro. 










 Pronto localizamos a la izquierda el paso equipado en fijo que bajamos y nos lleva a la zona de pasamanos. A partir de aquí el meandro se estrecha y vamos sorteando profundas marmitas de gran belleza y muy entretenida y atlética progresión a base de aéreos pasamanos. Llegamos a un P3 en fijo sobre una gran marmita donde dejamos agua para la vuelta y continuamos haciendo contorsionismo sobre las siguientes pozas. 
   Este tramo tiene buenos apoyos y agarres, pero están mojados y resbaladizos, no se puede bajar la guardia en ningún momento. Encontramos la gran marmita final que nos corta el paso por su anchura y profundidad, y que superamos por el largo pasamanos que traemos. Este nos deja sobre la rampa donde entre bonitas formaciones montamos la cabecera del P8, una vez abajo, inmediatamente seguimos el descenso por un P5 en fijo que se llama del arco, por estar montado sobre un arco de roca natural. 
   En su base y con abundante goteo evitamos las ultimas marmitas y nos asomamos al precioso pozo final de veinte metros. Una gran colada sobre la que discurre abundante agua y que nos acompañara buena parte del descenso, es sin lugar a dudas el premio final después de la paliza que nos ha dado el largo meandro.
   Para bajar este bello pozo seguimos un pasamanos hasta el final de la colada. En el techo montamos la cabecera que, seguida de un desviador nos permitirá un descenso limpio acompañando al agua en su estrepitosa caída al vacío. Una vez bajo decimos comer algo antes de visitar las galerías inferiores. Lo hacemos rápido ya que pronto comenzamos a tener bastante frio, y estando parados se acrecienta mucho esta sensación. Nos decidimos por el cauce activo y pronto estamos siguiendo una amplia galería sorteando grandes bloques procedentes del techo por causa de los derrumbes que provocan las crecidas del sumidero.
 








El río ha desaparecido desde el principio ya que es época estival y el aporte de agua es mínimo. Lo mismo que el lago de la base del P20 que describe la topografía y que encontramos reducido a un pequeño charco que pronto desaparece entre las rocas del fondo. 


  Pasamos el sencillo meandro de la espuma y continua la gran galería en la que encontramos incluso en el techo, piñas y abundantes restos vegetales procedentes del exterior de un color blanco inmaculado. Suponemos que se trata de algún tipo de hongo que recubre en su totalidad las piñas y ramitas, dándoles este curioso y bonito color blanco. Oímos agua otra vez y encontramos un abundante aporte a la derecha que forma unos bellos gours. Estamos en “las tinajas”, y aquí decidimos volver ya que la galería sifona poco después de este precioso espectáculo y todavía queremos ver la galería fósil. Sin duda, las tinajas son la guinda de esta parte de la cavidad y un digno final de esta interesante caverna. 
   Otra vez al pie del P20, nos adentramos por el liso suelo de arcilla colmatada un corto tramo, pero decidimos volver y empezar ya el ascenso ya que todavía nos quedan unas horas de esfuerzo hasta la salida. Empezamos a recorrer el meandro a la inversa y pronto comprobamos que es igual de duro que antes, recibimos otra buena paliza que nos deja los brazos a tono. Pero a partir del estribo decidimos dejar los pasos en oposición y salir mojándonos atravesando las marmitas, ya que en este tramo no son profundas y ganamos así bastante tiempo. Ahorrando también bastante esfuerzo que agradeceremos en el ascenso del P23 seguido del pasamanos de salida, que sin ser complicado se nota el gran esfuerzo físico al que nos ha sometido el sumidero en las ultimas horas. Ya en el exterior comentamos que Mata Asnos es merecidamente una verdadera joya de la espeleo en la provincia de Cuenca. Nos ha parecido físicamente dura y exigente, a la vez que una preciosa cavidad en todos los sentidos. Vuelvo a repetir el inmenso agradecimiento al club VIANA por el impecable equipamiento en fijo de la cavidad, ya que si no fuese por ellos estamos seguros que no habríamos podido terminar la visita completa del sumidero.

PEDRO HERRERO GARCIA.         

No hay comentarios:

Publicar un comentario