La sierra de
Ricote contiene una concentración de nada menos que quince cuevas y simas
repartidas a lo largo de una pista forestal que sube a la cumbre de Almeces,
coronada por varias antenas y repetidores. De entre ellas, elegimos para
nuestra primera salida en esta zona de Murcia la sima Losa, de ciento un metros
de profundidad. Para su localización contamos con un plano donde vienen
marcadas todas las cavidades, sacado de la estupenda página del club GEVA de
Alcantarilla, así como una completa topografía de todas ellas. Con esta
inestimable ayuda de la que estamos muy agradecidos a este club, podemos
comenzar a disfrutar del mundo subterráneo.
Atravesamos Ricote y a los pocos
km. de serpenteante carretera vemos a la izquierda la pista que seguiremos tras
pasar una puerta-barrera. La pista esta en bastante buen estado salvo algún
corto tramo y pronto vemos tras una cerrada curva un mirador y un sitio para
aparcar junto a la senda que se dirige a él. Nos equipamos y vamos andando
hacia las antenas que tenemos frente a nosotros, pronto vemos a nuestra
izquierda el vallado y la senda de la sima Losa.
La boca queda a pocos metros
de la pista y por seguridad la taparon y vallaron, lo que facilita su
localización. Parece ser que de ahí le viene el nombre de Losa. La sima contaba
con dos bocas, pero una de ellas está cerrada totalmente y ahora el acceso es
por la de abajo. Un estrecho paso nos deja en un delicado destrepe sin equipar por
el que descendemos con cuidado, quedamos en una sala donde vemos la cubierta de
la otra boca y debajo de ella se abre un pozo al que no bajaremos. Seguimos una
galería caótica entre grandes bloques por los que vamos pasando como mejor
vemos. Llegamos a una sala de techo bajo con algunas formaciones pequeñas y
banderas. Giramos noventa grados y por un paso estrecho estamos en la cabecera
de un amplio pozo. Mientras lo descendemos vemos que estamos en una sala
bastante grande, tocamos tierra en una rampa con muchas piedras en la que hay
que andar con mucha precaución por la posible caída de rocas al siguiente pozo.
En la pared de la izquierda vemos donde fraccionar y la otra cabecera para
seguir la bajada. La cavidad adquiere unas buenas dimensiones aquí también, las
formaciones parietales son cada vez más abundantes y aumentan en tamaño y
belleza.
Quedamos en una sala con el techo a gran altura sobre nosotros donde
comemos algo y podemos elegir varias opciones para continuar. Nosotros
descendemos el llamado pozo del bloque y a sus pies identificamos un pequeño
pozo lateral y la gatera entre bloques que va hacia la “diaclasa perdida”. La
pedregosa rampa gana inclinación y pronto se convierte en una pista americana
que superamos pasando por los pequeños huecos entre bloques y haciendo todo
tipo de posturas imposibles siguiendo la otra vez estrecha galería descendente.
Llegamos al ultimo pozo que no bajamos por falta de cuerda quedándonos en la
pequeña salita muy cerca del “sifón terminal” que es la máxima profundidad de
la cavidad. Suponemos que el nombre será figurado, aunque sería un bonito final
para este sector de la sima terminar en un lago sifonado.
Empezamos el ascenso
muy satisfechos con la actividad que hemos realizado y ya pensando en las
siguientes simas que tenemos por la zona y que seguro disfrutaremos como lo
hemos hecho en esta. Los dos pozos grandes y las salas de abajo contrastan con
el resto de la cavidad que es un continuo y atlético paso entre bloques desde
todos los ángulos posibles, haciéndonos sudar continuamente la gota gorda.
Como
todas las cavidades que hemos visitado en Murcia es bastante calurosa y
cargados con nuestras sacas hay que sumar que bajamos cien metros de desnivel.
No olvidemos llevar bastante agua a este tipo de simas que nunca nos defraudan
por su belleza, exigencia física y técnica.
PEDRO HERRERO
GARCIA.
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